Las gimnospermas son plantas vasculares y productoras de semillas. El nombre proviene del griego γυμνός, desnudo, y σπέρμα, semilla; es decir, semilla desnuda. Este término se aplica debido a que las semillas de estas plantas no se forman en un ovario cerrado (esto es, un pistilo con uno o más carpelos que evolucionan a un fruto, como ocurre en las angiospermas), sino que están desnudas en las escamas de los conos.

Son plantas leñosas, casi siempre arbóreas, a veces arbustivas o de biotipo palmeroide. Sus flores son sencillas, poco llamativas, de polinización casi siempre anemofilia, con las flores dispuestas lo más a menudo en estróbilos.

La producción de semillas distingue a las gimnospermas (junto con las angiospermas) del resto de las plantas vasculares. Las gimnospermas son heterospóreas, produciendo microsporas que se presentan como granos de polen y megasporas que contienen una oosfera o gameto femenino (en un gametofito femenino, el óvulo). Como resultado de la fecundación (al unirse los gametos masculino y femenino derivados de las esporas), se forma el embrión. Éste, acompañado por las envueltas y otros tejidos del óvulo, termina formando la semilla, que es una fase esporofítica con reposo (diapausa).

A diferencia de las angiospermas, no tienen la semilla totalmente cubierta por la hoja fértil o carpelo, por eso también se la llama semilla desnuda.

 

 
 
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